UNA OPORTUNIDAD ÚNICA: MAYO Y NOVIEMBRE 2022 PODRÁS HACER PARTE DE LOS TRABAJOS DEL LLANO

4.000 cabezas de ganado habitan las 10.000 hectáreas que componen el Tradicional Hato San Pablo, ubicado en el Casanare sobre el Rio Cravo Sur, a unos kilómetros de Orocué.

Desde niña oigo a mi padre hablar con gran pasión de su experiencia en los hatos del Casanare, donde fue invitado a mediados de los años 70.

Mi padre, un árabe católico inmigrante de Jerusalem, y a la vez un completo llanero, que ha trabajado por el Meta desde el año 1963, me inspiraba y me ponía a soñar cuando narraba sus recuerdos. Yo, siendo una niña, me prometía vivirlos cuando creciera. Y como los sueños –buenos o malos– se cumplen, ese sueño está a punto de hacerse realidad.  

“Los vaqueros hacían filas en los fundíos con su silla y se les entregaba un lazo para que fueran a domar el caballo que los acompañaría durante la semana de trabajo de llano”, me contaba. Decía que verlos domar el caballo y trabajar entre cientos de reses era una experiencia que jamás olvidaría. Me hablaba de varios hatos: del Hato de Chepe Delgado (Hato Boral), del Hato Santana y del Hato San Pablo de la familia Reyes, desde donde hoy escribo. 

¡Hoy he visitado 3 hatos y todos están hablando de lo mismo! Vienen las semanas de trabajo de llano en los hatos, cada uno con una semana asignada.

El reto es conseguir vaqueros que sigan dedicando su vida con pasión a esta labor, pues ya casi no quedan. La mayoría se han ido a trabajar  a las palmeras, arroceras y petroleras… es una hazaña porque se necesitan los suficientes para marcar, topizar, vacunar y curar a más o menos 4.000 reses, en una semana.

El vaquero ideal debe tener experiencia, ser ágil, conocer los cantos de vaquería, trabajar en equipo. Y este gran evento de la cultura del llano, lleno de emoción y destreza, se da únicamente 2 veces por año.

Los eventos para el 2022 están programados para la última semana de mayo y la última semana de noviembre.El alojamiento será en su tradicional casa y podrán vivir una verdadera experiencia llanera en este rincón del Casanare, Colombia. Durante estos días podrás convertirte en un jinete del llano camuflado entre decenas de valientes que llegan al hato a domar las bestias y poner en practica todos los conocimientos ganaderos que han aprendido por generaciones. Te entregarán un caballo (ya amansado) y trabajarás de la mano con los valientes vaqueros que conservan su trabajo y cultura ancestral.