Resignificando el Guaviare

Edison nunca se imaginó que el día que el ejercito llegó a erradicar sus cultivos de coca,  comenzaría una nueva vida llena de propósito. En el pasado, Edison y su familia sembraban coca, la cosechaban y procesaban hasta convertirla en pasta, para luego venderla a grupos al margen de la ley que controlaban la zona.  Ese día,  Edison lo perdió todo, y pensó que su única alternativa para poder proveer para su familia sería volverse un pequeño ganadero. De haber sido así,  La Finca Los Chontaduros habría sido deforestada y se habría perdido parte de la memoria histórica del país. Hoy la finca y Edison son un ejemplo en materia de conservación y resiliencia. 

Llegar a La Finca Los Chontaduros, tarda más de una hora, por trocha y caminos pantanosos, desde San José del Guaviare.  Una casa de madera, un kiosco y una familia servicial recibe a los visitantes cuando llegan. Don Edison, invita a las personas a conocer su finca mientras les relata la historia de su pasado, de cuando esa tierra tenía cientos de matas de coca,  y los raspachines rondaban el terreno. Va narrando mientras caminan hacia el antiguo laboratorio que hoy en día está inhabilitado, pero que sirve para enseñarle a los visitantes como era el proceso. En el trayecto se unen al grupo animales exóticos que han sido rescatados y que encontraron un refugio en la finca.  Es una experiencia que parece sacada de un cuento de García Márquez, pero es una historia real de una región y un país marcado por el narcotráfico.  

La experiencia cierra con un delicioso desayuno preparado por Doña Yolima, esposa de Edison.  Las arepas de maíz amarillo, y la cuajada son el plato favorito. 

 

¿Cómo dedicarte al turismo te cambió la vida? 

 

Me cambió la vida en mi forma de pensar. Primero por el tema de la naturaleza, empezamos a enfocarnos en su conservación.  También económicamente. Le hemos puesto alma y corazón al turismo y nos ha gustado. Conocer a muchas personas, gente extranjera, colombiana, del mismo departamento,  nos ha motivado y llenado para salir adelante. Ese fue uno de los cambios más interesantes.

Nuestro pensamiento ahora es de conservar la naturaleza, de cuidar los arboles, para que los turistas sigan viniendo y compartiendo este rinconcito de Colombia que llamamos el Guaviare.

 

¿Por qué es importante preservar el turismo que ejerces?  

Porque estamos preservando las especies, aportando al medio ambiente y generando ingresos a la economía de una región que ha pasado por mucho. 

Me he vuelto un líder comunitario y un líder de la naturaleza.  Rescato especies de animales, algunos que están en vía de extinción. Los he rescatado y los tengo en su hábitat. Me he dedicado a cuidarlos y a quererlos. Hace unos años los sacrificábamos para el consumo, la idea es NO hacerlo. He concientizado a los vecinos y amigos, los animales merecen otra oportunidad, hay que protegerlos para que los turistas que vienen a compartir con nosotros miren esta importantísima fauna y flora que tenemos en nuestro territorio. Esa es una de las tareas con las que me he comprometido y le puesto alma y corazón. 

 

¿Cómo te has visto afectado por la emergencia causada por la pandemia del COVID?   

El turismo era nuestro único modo de ingresos y con esto nos vemos afectados tanto económicamente como restringidos de la sociedad y de compartir con otras culturas. Ha sido muy complejo.

Tenemos potencial en el Guaviare creemos en nuestra región, y tenemos la fe puesta en Dios en que pronto pase la pandemia y podamos volver a ejercer el turismo.

Bonos de Esperanza

Con la esperanza que el Departamento del Guaviare retome su actividad turística y comunitaria, hemos incluido el recorrido y desayuno por La Finca el Chontaduro dentro de la iniciativa de “Bonos de Esperanza”. Puedes darle esperanza a este Guerrero de la conservación y de la paz.  Compra ahora tu bono y tienes plazo para redimirlo hasta el 1 de diciembre del 2021.

Cuando llegue el momento te ayudamos a organizar tu viaje al Guaviare. 

 

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